



LA INDEPENDENCIA Y LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
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Las desigualdades sociales, económicas y los problemas que se vivían hacia finales del siglo XVIII desencadenaron la guerra de Independencia de México liderada en 1810 por Miguel Hidalgo y Costilla.
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El apoyo de las poblaciones afrodescendientes a la causa independentista más reconocido, es el de la participación en las tropas de José María Morelos y Pavón, quien se comprometió con Hidalgo a levantar el movimiento insurgente en la Tierra Caliente del Pacífico. En sus filas se encontraban dueños de haciendas que fungían como jefes rebeldes, mulatos en su mayoría.
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Grandes líderes del estado de Guerrero como Juan Álvarez y Vicente Guerrero, fueron esenciales en la lucha insurgente y aunque sus nombres y participación son reconocidos en la historia de México, poco o nada se dice sobre su ascendencia africana.
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La causa independentista desde su inicio luchó por la igualdad entre las personas y la abolición de la esclavitud. Primero, Miguel Hidalgo proclamó un bando exigiendo que: “Todos los dueños de esclavos deberán darles la libertad”.
Más tarde, José María Morelos y Pavón, plasma en los “Sentimientos de la Nación de 1813”, la abolición de la esclavitud, las diferencias raciales y estamentales. Finalmente, Vicente Guerrero proclamó formalmente la abolición de la esclavitud en 1829 y queda proscrito en la Constitución de 1857



Los movimientos armados trastocan drásticamente la vida de los pueblos que los sufren y alteran la realidad y la vida cotidiana de las personas, al suscitar pasiones que sacan a la superficie las tensiones, los rencores, los conflictos lentamente acumulados, en donde aparece lo peor y lo mejor de los individuos y las comunidades.
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Esto nos permite hablar más que de una revolución, de varias revoluciones, porque cada pueblo asumió sus agravios como bandera reivindicatoria de su propia lucha.
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Por eso, la historia de la Revolución Mexicana en Guerrero registra 23 bandas de revolucionarios y alzados que asolaban al estado desde 1911, lo hace en forma fragmentaria puesto que se dispersan en las diferentes regiones cada uno con distintas demandas.
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Desde aquellos ayeres que luchan entre maderistas y zapatistas, el pueblo de Huehuetán queda en medio de sangrientas luchas y saqueos constantes pues sus pobladores apoyan la causa zapatista.
Y fue hasta el año de 1925 que por decreto del presidente Álvaro Obregón ordena a las fuerzas armadas de la Costa Chica, entregue sus armas, concluyendo con ello una etapa de abusos, crímenes y despojos injustificados.



Varias conmemoraciones se llevan a cabo en Huehuetán que forman parte de su historia y patrimonio cultural.
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Destacan “Los Apaches”, quienes tradicionalmente bailan el 12 de octubre , en un grupo conformado por varias danzantes que se cubren de manteca o aceite con carbón pulverizado para pintarse de negro el cuerpo y el rostro; usan penachos, arcos y flechas con trajes de colores y junto con ellos baila una mujer llamada la América quien es el personaje centro de esta danza.
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“Los diablos”, característicos en toda la región de la Costa Chica, salen y juegan en las celebraciones de Todos Santos. Tradicionalmente usan ropas obscuras bailando un son lineal y cruzado. Con sus mascaras destaca un diablo mayor, llamado el Terrón, Pancho o Tenango (dependiendo el lugar) que juega a perseguir a una mujer mulata con mascara blanca, llamada la Minga, quien carga una muñeca que representa a su hija, misma que ofrece al público para que participen en el baile o sino de una aportación para la leche de la niña.